Tuesday, November 24, 2009

Jorge Iván Ospina

Jorge Iván Ospina Gómez en el Primer Encuentro Internacional de Experiencias Exitosas Contra la Discriminación, que se lleva a cabo en el auditorio del Centro Cultural Comfandi hoy.

El Mandatario de los caleños manifestó que la ciudad necesita de espacios como éste para la discusión y la reflexión, porque la sociedad caleña nunca ha estado ajena a las tensiones desde su propio origen hasta la actualidad, siempre ha estado en permanentes tensiones de orden social, económico y religioso.

“Frente a ello creo que el Estado debe de crear espacios para el encuentro no para la confrontación; el alumbrado navideño y el MIO son de esos espacios para constituir sociedad, para que definitivamente y de manera progresiva superemos las discriminaciones existentes”, señaló el Alcalde.

La creación de espacios de inclusión es la meta de este gobierno, con el fin de combatir la discriminación, porque la idea es no seguir en prácticas que afectan y dañan la sana convivencia.

Dentro del encuentro hay invitados internacionales que están en la ciudad para compartir sus experiencias exitosas, una de ellas es la de Argentina. En este país hay compromisos de políticas de estado, así mismo se está trabajando para intercambiar las buenas prácticas y experiencias, con el fin de que el país salga adelante económicamente y competitivamente en el mundo.

“Si se dilapida los propios recursos humanos no se puede salir adelante. La discriminación por pobreza es el dato más evidente en Argentina, lo cual se ha modificado a partir de la redistribución de la riqueza, con políticas culturales que hagan que todos los ciudadanos estén en plenitud de derechos”, sostuvo, María José Luvertino, Presidenta del Instituto Nacional Contra la Discriminación.

Para esta funcionaria de la Red de Ciudades Contra la Discriminación es importante el trabajo que en Cali se está haciendo frente al uso del Transporte Masivo de Occidente -Mío- en buenas condiciones y el uso del espacio público.

“En Argentina el compromiso es diseñar políticas públicas para la inclusión de personas con discapacidad, igualdad, ciudades seguras para las mujeres, porque no se trata sólo de la tolerancia, sino de valorar las igualdades y diferencias”, dijo María José luvertino.

Países como: Argentina, Canadá, Ecuador, Estados Unidos, España, México, Venezuela y Colombia participan de este encuentro, serán más de 20 experiencias que podrán los asistentes conocer.

Friday, November 20, 2009

ana maria rueda on campus @ Jenny Vila













CRITICA


de Miguel González


Ana María Rueda ha venido ocupándose de los elementos
de la naturaleza: agua, fuego, aire. Los ha adoptado como argumentos y
los ha hecho existir a través de formas reconocibles o sugeridas. Esos
idearios se han convertido en fuentes de energías para conceptualizar
en torno a la existencia del hombre.


Desarrollando la idea de lo intangible, lo transparente
y lo voluble, sus pinturas actuales aspiran a comunicar emociones sutiles
a través de la evocación del aire como problema. En ese empeño sus cuadros
hacen parte de una totalidad fraccionada. Ella los ha diseñado para ocupar
el espacio de la galería obedeciendo a su arquitectura y sacándole partido
al espacio y a la luz. Este doble proyecto formal y conceptual lo ha titulado
Resonancia, indicación que alude a un ejercicio pictórico que no desea
ser un fin en si mismo, si no más bien un medio para hacer reflexionar
en el entorno natural y alrededor de un arte que produce sentido y genera
expectativas.


Las obras se arman usando imágenes vegetales y disponiéndolas
dentro de espacios flotantes. Un parco y fino color emite sugerencias
en una atmósfera que desea ser solamente evocación y no la definición
totalizadora de algo junto. Los trabajos se interrelacionan en su voluntad
formal y cromática a tiempo que remiten al sonido imperceptible del aire
como presencia.


Miguel González


Tomado del Folleto: Galería Garcés Velásquez - 1994


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de Alvaro Mutis


Ningún arte como la pintura refleja con tanta fidelidad
los signos que presiden una época, sus vagos temores, su incancelable
esperanza, el tránsito aciago de los hombres que la viven, los perfumes
y temporales que la recorren. Desde luego, ello no quiere decir que esta
sea la condición esencial de la pintura. Hasta un marxista sabe que es
en el cerrado orden estético que los preside donde el cuadro, el grabado
o el dibujo alcanzan la condición de perdurables.


La pintura no es testimonio, ni debe ser ésta la razón
esencial de su existencia. Pero, sin quererlo, nos trae irremisiblemente
el aura, la voz, casi, del tiempo que la vio nacer. Ningún gran artista
escapa a esta condición de testigo. Cezanne, que luchó toda su vida por
dejar en la tela nada más que colores y formas, despojados por entero
de su posibilidad de representación, en ese mismo intento está poniendo
en evidencia un propósito que Mallarmé en la poesía y Debussy en la música
buscaban con idéntico empeño: liberar el arte del peso de materias extrañas
y dejarla flotando en un ámbito de la más absoluta gratuidad.


Ana María Rueda, con perfecto dominio de los elementos
puramente estéticos y formales que presiden el acto de pintar, nos deja,
sin proponérselo siquiera, una imagen del presente inmediato de una desoladora
elocuencia. Sobre los sombríos fondos de mañana de patíbulo, formas hirientes,
desgarrantes, ávidas de muerte, se abren paso con lentitud apocalíptica
hacia una total devastación. La artista parece haberse entregado, con
una disponibilidad, de vidente, a las ciegas fuerzas que le dictan esa
escritura que nos recuerda, con fidelidad de anatema, el "Mane Tekhel
Upharsim" que viera Baltazar en medio del festín que cancelaba su
vida.


En los cuadros de Ana María Rueda está presente la más
palpable y desnuda imagen del presente de su patria, Demás está repetir
que no es esta la virtud capital de los cuadros que reúne en esta exposición.
En ellos hay, primero y antes que cosa alguna, un oficio bien servido,
un dominio de formas y colores, que, por sí mismos, le otorgan validez
a su trabajo. Pero esta diestra artesanía nos está contando, además, una
historia que nos deja a la entrada de un Juicio Final sobre el cual es
mejor guardar un silencio de condenados.


Alvaro Mutis


Tomado del Folleto: Galería Garcés Velásquez - 1989

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Ana María
Rueda


Ni Primitivista
ni abstracta.

Toda su pintura esta en un límite poético

de los dos lenguajes


por Fausto
Panesso


Erase una joven que desde muy
niña sintió la pasión de la pintura. Era el primer momento, el orden natural
de las primeras búsquedas, de los primeros afianzamientos. Luego vino
el proceso, el entrar a una Academia, enfrentar la hoja en blanco y aprender
a perderle el miedo a esa hoja manchándola, agrediéndola con la forma.
Mirar... ver... pintar... comenzar a "hacer la valija" de todo un arsenal
de fórmulas para defenderse del arte. para "ejercerlo''. Luego el viaje,
un boleto rectangular que dice París. y que más que una ciudad-mito para
un artista. conforma el siguiente paso del itinerario de su búsqueda.
la nueva Academia, montones de ejercicios con modelo al frente, como una
montaña a conquistar; carboncillos, sanguinas. lápices, color: tarea,
eso que en suma se llama el aprendizaje. De repente un bello accidente.
La oportunidad de irse lejos de todo, dejar la ciudad, dejar París. Irse
al campo. Huir del pequeño cuarto, en la rue-tristeza, a una inmensa y
solitaria casa, como pintada en medio de un cuadro impresionista de la
campiña francesa. De nuevo valijas, echar a andar. Lo que nunca supo Ana
María Rueda es cómo quedaron atrás, al vaivén del viento, las miles de
hojas con ejercicios figurativos que le imponía la Escuela de Arte. Ahora
estaba sólo el bosque, y la niña de nuevo perdida en él. Era la cita que
había siempre buscado, en todo el proceso de su creatividad: el paisaje,
tan sólo como sensación cromática; el color finalmente había dejado de
ser apenas una anécdota ilustrativa. Si usaba el verde (por citar alguno)
ya no describiría el árbol, capturaría su síntesis. Y el azul, ya no "pintaría"
el agua, sino que en el trazo rápido de su pincel sobre el lienzo, evocaría
su fluir, denso, sinuoso y continuo...


He querido contar esta historia,
tal y como ella misma, Ana María Rueda, la narra. Porque a mi entender,
esta narración describe ampliamente el paso natural de una pintora, que,
sumida en un aprendizaje netamente figurativo, va abriéndole paso en su
subconsciente, a una de las vocaciones más decididamente abstractas de
nuestra plástica reciente. De su rebelión contra la absoluta figuración,
lo que surge es su negación a aceptar las fórmulas y los clichés con que
se dota al artista en la Academia, adormeciendo toda su creatividad propia.
De ahí que de un modo simple, se lance, liberadoramente, sin traumas,
ni intelectualismos de respaldo, a pintar, no ya lo que ve, sino cómo
lo ve y presiente. Basta de pintar lo real para intentar, en cambio, atrapar
su esencia y su síntesis. Sin duda, para lo primero, basta sólo el oficio...
Para la nueva tarea, valerse de la vibración del color y de su poder sensorial
es el alma del artista, su ojo interior el que debe dar la pelea.


Ahora ella tiene un nombre.
Su obra se encuentra en colecciones privadas, artistas prestigiosos elogian
su trabajo, y galerías de renombre como la Garcés Velásquez le han abierto
sus puertas. Paredes de difícil acceso, como el Museo de Arte Moderno
(para sintetizar un fulgurante itinerario) la presentan con beneplácito.
Sin embargo, el bosque está ahí, habitando saludablemente también la niña
y su caballete. Simplemente caminando con algo de "temor y de temblor"...
lo que quiero decir es que no hay un solo vestigio en sus palabras, en
su actitud, en su modo de ver y hacer la pintura, que esté teñido del
menor envanecimiento.


La crítica, tan dada a encasillar,
tan agobiantemente necesitada de ubicar a un artista en su contexto y
sus influencias, la ha considerado una aventajada discípula del norteamericano
Rotko. De sus mágicas horizontales de color, que se repiten logrando superficies
dramáticas y poéticas. La verdad es que lo conoce bien. Que se le volvió
una emocionada obsesión. Pero que lo conoció, que sintió curiosidad por
él o por Newman, a causa, precisamente, de esa paternidad que le endilgaban
a su trabajo, crítica tras crítica, a raíz de su exposición "Aguas", hecha
hace algunos años. Ahora las "Aguas" han pasado.


El color sigue ahí, habitando
la tela de gran formato, imponiéndose incluso sobre el lienzo crudo, que
es como a veces lo aplica. Un color personalísimo, a base de una pincelada
rápida y larga que va imponiendo su propio ordenamiento a los sentidos,
y que exige del espectador el tope de su sensualidad. Y no puedo menos
de pensar, ahora, en el único cargo que le ha hecho la crítica, evitando
que pase indemne, por el rigor de su Aduana:... "color sucio", ha sido
en su caso la sentencia. Aunque bastaría sólo saber cómo es el proceso
de su construcción; cómo va de un cuadro a otro en un proceso impremeditado
y feliz, para saber que no se puede confundir su crear rápido, sin ningún
engolamiento, con la falta de tratamiento a su propio cromatismo. Ana
María Rueda, es cierto, no se detiene obra a obra, a aquilatar las calidades
del color que trabaja, hasta conseguir sin iguales acabados. Le interesa
mucho más, fiel a la corriente a que pertenece, al expresionismo abstracto,
hacer hincapié en el carácter de libertad experimental al que ha confiado
su obra, más que a un alarde técnico, que la llevaría al mero decorativismo.
Pero si se cediera a la tentación de adjetivar su color, yo sin duda elegiría
el de color joven, para individualizar el suyo, en la perfecta omisión
de armonizar "bellamente" con el decorado de sus compradores posibles...


"... Color sucio, bueno, yo
no lo sé, si alguien lo ve así es sucio para él... para mí es simplemente
mi color, mi tratamiento".


`...Frente a la exposición
de las `Aguas' y mi trabajo actual hay otra cosa. Ese fue un capítulo,
una etapa, al final se me fueron `vegetalizando' las últimas que hice.
Un cuadro lleva a otro y todos ellos me trajeron a lo que hago ahora".


`...Le tengo pavor a quedarme
encasillada en algo que uno ya sabe demasiado, en donde sólo la técnica
predomine sobre la emoción".


"...Siempre he tenido una relación
lejana con el público. Confío sólo en lo que honestamente estoy haciendo.
Pero es que hay tres clases de público: el de los artistas, el de los
compradores y el de los espectadores". "El de los artistas ve la obra
de acuerdo a su formación y a su trabajo. El comprador ve el arte de acuerdo
a sus gustos, a su mundo, a su casa. Pero el más interesante, al menos
el que a mí más me interesa, es el del simple espectador, el universitario,
por ejemplo, que es el más desinteresado, el más desprevenido, sólo ojos
abiertos, a quienes sólo les gusta o no les gusta".


"...Ser abstracto es sentir
los sentidos liberados... es no quedarse en el real visual, es ver a través
de las cosas, es liberar el espíritu".


"... Las `Aguas' son mi telón
de fondo, dibujo libremente, dejando que surjan cosas del inconsciente,
plasmando directamente lo que me va dictando un no sé qué".


Todas estas frases-historia
fueron saliendo, allí, en ese estudio rectangular al que hiere generosamente
la luz, y de un techo demasiado bajo "que me molesta y apabulla". "Este
es un local que curiosamente me persigue. Porque ningún negocio ha funcionado
en él. Ha sido bar, pizzería, qué sé yo... otras cosas... Pero siempre
lo desocupan y yo regreso a él. Porque me es cómodo. Tiene toda la luz
y el silencio que necesito".


Y es cierto. Situado en pleno
tráfago de la Calle 72, por una de esas curiosidades que da el diseño
de interiores, no se oye el menor vestigio de ruido, y el sol de la mañana
entra suave y armónicamente. Y ahí trabaja, siempre a partir de las 8,
hasta las 3 de la tarde, cuando el sol se torna ya áspero, excesivamente
amarillo, abrasadoramente acalorador, y la expulsa, rumbo a la otra cotidianidad:
la del hogar, la de los hijos, la de los libros, el teléfono. En fin,
otras "frecuencias" en las que habita tan armónica y plácidamente como
lo hace en la pintura.


"Mi única obsesión inmanejable
es la de que la noche dura montones, que me roba demasiado tiempo que
podría emplear pintando. Entonces, para mí, amanece muy temprano. Porque
incluso mucho antes de levantarme comienzo a pensar en la faena del día
anterior, y a planear la tarea de ese día. Sólo que, al llegar al estudio,
atrás queda todo lo racional, y comienzo a pintar de un modo rápido e
inconsciente ". Es así como han ido apareciendo esas hojas que apenas
se posan sobre sus "Aguas", y que logran el justo medio entre una pintora
abstracta con atisbos figurativos. Como huellas que, soñadas al amanecer,
se vuelven reales en el día...


Fausto Panesso


Tomado de la Revista
Diners No.215, febrero de 1988


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1989 - La Nueva
Pintura


por Plinio Apuleyo Mendoza


ANA MARTA RUEDA


Los símbolos de la vida


Otra vocación ardiente, tras una apariencia
suave y tranquila, a veces soñolienta. La combustión no se advierte en el
primer instante porque arde con sigilo como una llama de gas,
pero existe y está alimentada de tenacidad y ambición y una furiosa
devoción por su oficio.


Ana María Rueda la tiene en grado sumo. Es capaz de encerrarse a pintar
diez o doce horas diarias en una casa de campo, en Francia, sin más compañía
que un termo lleno de té caliente y muchos paquetes de cigarrillo, óleos y
lienzos. Pinta hojas, tallos, espigas, aguas, corolas, semillas: todo un
mundo ecológico, germinal, que ella recoge con un notable sentido de la
síntesis, un manejo castigado del color, en un brumoso límite entre la
figuración y la abstracción, todo a la manera de los orientales.


_Metafísica? Quizás. Su visión, en todo caso, no es anecdótica ni en su
trabajo hay manierismo alguno. Ana María busca las esencias, los símbolos de
la vida, los atrapa, los siembra con delicada firmeza en sus lienzos. Le
interesa ese latido íntimo del mundo vegetal. El se hace sentir en su obra.


Tomado de la Revista Diners No. 227,
febrero de 1989


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Paisaje con Rueda


por Jairo Dueñas


Ana María R ueda es la raíz de sus
plantas,

de sus árboles y de sus flores primitivas.


Ella quiere mostrar, en la Galería Garcés y Velásquez
(1991)
,

n
o astromelías, eucaliptos ni rosas,

sino la continuidad de la na turaleza.


Sus árboles, sus flores, sus corrientes
de agua no conforman el croquis de ningún lugar
para ir a almorzar sobre la hierba con Manet. Ella no quiere parecerse a
nada. Es paisajista pero a su manera.


Ana María Rueda nació en Ibagué en 1954, y de sus 37 años, 8 los ha vivido
en Francia y el resto en Bogotá. En 1978, cuando estudiaba en París en la
Escuela Superior de Bellas Artes, pintó sus primeros paisajes con modelo. Y
lo que puso frente al caballete fueron los jardines de su taller en Val Dóre,
los mismos campos de trigo que pintó Van Gogh.


Después se encerró y se obsesionó por pintar sus bolsas llenas de pigmentos
sobre los escaparates. Luego experimentó con el desnudo. Hasta que en 1979
viajó a Colombia y le dio por enfrentarse a las ventanas con barrotes de los
pueblos. "Ese enigma ahí latente, que se crea entre el interior y el
exterior, fue realmente mi primer paso hacia el paisaje".


Fuma cuando conversa. Pero con versar, para ella, también significa
pararse ante sus lienzos. O sea que fuma y pinta 8 horas diarias. Vestida
con una camisa y un pantalón azul cielo que la mimetiza con sus cuadros.
Sólo el humo contamina el tema de sus naturalezas.


-¿Cómo es eso de que pinta sin ver la
naturaleza?


-Me gusta pintar haciendo memoria de ella. Es como un antídoto contra la
descripción excesiva. Me interesa lo esencial de la naturaleza. Las fuerzas
que hay en ella como el fuego, el agua, el aire y la tierra. El hecho de que
no la necesite para pintarla, no quiere decir que me independice de la
naturaleza, porque yo formo parte de ella. Más que de independencia,
hablemos de no condicionamiento.


-¿Qué busca con ese no condicionamiento?


-En el fondo, que mi pintura sugiera pero no explique demasiado, que no
pase por la anécdota, que no cuente cuentos, sino que llegue en forma
contundente. No quiero que mis imágenes se parezcan a nada, sólo que hagan
parte de la naturaleza personal de quienes las vean. Son imágenes arquetípicas.


- Su opinión de los paisajistas de la sabana.


-El paisaje minuciosamente descrito no me interesa. Eso da una lectura
obvia. Al espectador no hay que llevarlo por un
camino fácil hacia la experiencia.


-Una abstracta no tan pura porque en el fondo pinta paisaje.


-Totalmente abstracta! Porque lo que me atrae es la idea que hay detrás
del paisaje. Es la continuidad. El concepto de ritmo, de fluir y refluir del
agua, de la línea del horizonte. Eso es lo que muestro en mi exposición Eterno
retorno. La continuidad se ve en la constante regeneración de la naturaleza.
Las flores brotan, mueren y vuelven, vuelven y vuelven.


-Añoranza de una pintora urbana que trabaja en pleno centro de la ciudad.


-Más bien añoranza de una vida primitiva. Yo
partí de unos paisajes sin árboles ni hojas. Sin forma vegetal reconocible.
Me interesaba sólo el color y el horizonte. Luego entré en el agua. Hace
cuatro años volví a la tierra con formas vegetales no muy elaboradas. Porque
me interesa la imagen más simple posible.


-¿Por qué no la .figura?


-No siento la necesidad de involucrarla en mis cuadros. La naturaleza es
más universal. Además, la presencia humana la pone el espectador que
enfrenta mi obra. Son naturalezas vivas y lo que me interesa son sus
transmutaciones. Siento una fascinación enorme por los frescos egipcios y la
pintura tradicional hindú y sus epifanías vegeta les con un sentido
religioso muy profundo, esa manifestación del cosmos a través de la
naturaleza.


-La naturaleza puede acabarse.


-El hombre está acabando con la naturaleza. Pero ella tiene sus defensas
y de alguna manera va hacia otra par te. En el desierto hay montones de
manifestaciones de vida. El desierto no es una naturaleza derrotada.


Tomado de la Revista Cromos No.3831,
1o de julio de 1991


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Rostros y atavíos


Agua, fuego y memoria se conjugan en un mismo lugar. Tres
mujeres: Ana María Rueda, Paola Pérez y Viviana Garzón, transmiten un sentir
en sus obras que, aunque independientes, imprimen por estos días un espíritu
muy femenino a la Galería Alonso Garcés. Allí se exhibe una serie de
imágenes fotográficas, al lado de dos trabajos de joyería contemporánea.
Cada muestra cuenta un relato tan metafórico como artístico.


Cantos de Ana María Rueda recurre al simbolismo del
agua para aludir a una profundidad introspectiva. La serie de imágenes
fotográficas documenta el proceso de acercamiento al arte de un grupo de
niños y jóvenes, en un taller de expresión creativa en 2002. En ese espacio
de libertad, la relación con las obras se dio como un reflejo de las
vivencias personales. "Me quedaron como le queda a uno un cuento cantado,"
afir a la artista.


Cada fotografía fue sumergida en el medio líquido y
refotografiada. El efecto de ensoñación plasma todo un mundo individual que
se deja entrever a través de los rostros y las miradas infantiles. "Me
hablaron de esa inmensa responsabilidad que
tenemos todos los adultos de Colombia hacia los niños y jóvenes. Quise que
estas imágenes sirvieran de canal para que otras personas pudieran conocer,
a través de sus miradas, sus historias".


Tomado del periódico El Espectador,
5 de diciembre de 2004

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VISIONES
FRAGMENTADAS


La artista colombiana Ana María Rueda plantea una
nueva aproximación a la imagen a través de la fotografía. Su propuesta
aparece en la sala de proyectos del Museo de Arte Moderno de Bogotá en
cuatro enormes fotos, tamaño mural, donde la artista fragmenta la visión en
tres de estas y recurre a la manipulación digital para crear espacios
sugestivos. La idea es asociar las imágenes con la memoria o hechos
placenteros. Rueda titula la serie Salto. En ella pretende reproducir
el instante de la acción misma al captar la imagen con una cámara desechable
bajo el agua y proyectar la sensación del cuerpo mirado desde abajo hacia
la superficie. Busca ilustrar una sensación personal que desea
guardar en la memoria, con el ánimo de hacer un cruce entre los sentidos y
fusionar vida y muerte.


A lo largo de sus 20 años de trayectoria, Rueda ha realizado
veinte exposiciones individuales y ha participado en más de cuarenta
colectivas. Entre los galardones que ha recibido se destaca la mención de
honor en el XXX VI Salón Nacional de Artistas, de 1996. Su obra se ha
exhibido en escenarios internacionales como la Sala Francés Wo, en Londres,
así como también en las más importantes galerías del país.


Tomado del periódico El Tiempo, 2 de
noviembre de 2005







Ana Maria Rueda
Recuento
Critica2

CRITICA

ANA MARIA RUEDA Y LAS LEYENDAS DEL FUEGO

por William Ospina

Cuántas veces, al entregar a, las llamas viejos papeles, cartas privadas, diarios, hemos visto ese color singular que pone el fuego en las hojas, y no hemos pensado sin embargo que el fuego pinta, que está haciendo surgir un hecho estético. Dante, al describir el modo como se enlazan en el infierno un hombre y una serpiente, y al insinuar que hay una zona de sus cuerpos en que empiezan a convertirse uno en otra, los compara con el papel que está siendo devorado por el fuego, y con esa zona donde ya ha desaparecido la blancura pero que todavía no se ha vuelto negra. Esos amarillos, esos ocres, esos colores que tienen todavía algo de la luz y ya algo de la tiniebla, esos bordes tostados del papel roto por la brasa, donde anida todavía el olor del incendio, esas regiones que orillaron el fin, y que quedaron a mitad de camino entre la plenitud y la destrucción, son los puntos de partida de la búsqueda que ha emprendido Ana María Rueda, la evanescente materia de estas obras. A partir de ellas ha extendido su curiosidad sobre las formas orgánicas que son el alimento favorito del fuego.

Aquellos árboles derribados por la vejez o por las invasiones de la ciudad, ese eucalipto decrépito del Parque Nacional, ese firme pino de la sabana habrían podido seguir su destino corriente, y convertirse en paredes o muebles, o en la luz y la tibieza de unas noches humanas. Ana María Rueda los convierte en objetos de su reflexión y de su indagación. Aquí están: gruesos tablones cuadrados, arqueados, duros, balsámicos; dócil geometría que se ofrece a la sensibilidad y a las curiosidades del arte. La artista los corta, los altera, los pinta de blanco o de plata, los toca con hierros encendidos, sopla llamas sobre ellos. La rodean trozos de un bosque aparentemente vencido, vestigios poderosos de seres que siguen vivos más allá de la fragmentación, que no pueden morir sino sólo saltar en pedazos, crecer de otro modo, dar de otra manera a la imaginación sus hojas y sus frutos.

Origen del carbón, del papel, del grafito, la madera sirve para escribir y para que se escriba sobre ella. Es la página, el lápiz, el lenguaje y el cuento. Ensamblados en un amplio mosaico, los tablones insinúan paisajes, nos muestran a su modo el bosque silencioso del que salieron, con los trazos que ha grabado sobre ellos el hierro que corta o que quema. Sugieren deshojados bosques de invierno, llanuras blancas rayadas por siluetas de árboles, cielos de bruma cruzados por los cuervos.

Pero el ojo sabe que la silueta de ese tronco ilusorio es un surco violento que una mano trazó en la madera, que ese cuervo insinuado es en realidad una pequeña zona ennegrecida por el rojo del hierro. En estas duras páginas los pájaros de fuego han dejado las huellas de sus patas, la herida de sus picotazos, el roce negro de las plumas. Ana María Rueda parece danzar entre trozos de árboles, hierros candentes, lanzallamas. Quiere tocar el límite donde lo que se consume renace, donde lo que se gasta se perfecciona.

También el escultor parece destruyendo cuando arranca con violencia trozos al bloque de piedra y libera a la forma cautiva. También hay un desorden de sonidos en la sala del músico que ordena las frases y armoniza, también hay violencia en las palabras que tacha y desplaza el poeta. Ana María Rueda ama la madera y ama el fuego que la muerde, quiere sentir el poder de lo que raya y rasga, ver la labor de lo que rompe y quema. No es el arte apacible del pintor que acaricia con el pincel la superficie lisa, es el arte tormentoso de quien interroga impresiones más fuertes, modos más perdurables que tienen los elementos de obrar sobre las sustancias. Lo que hacen sobre la materia vegetal el hierro y el fuego, lo que hacen continuamente sobre la vida el ardor y la dureza. Estamos enfrentados a la guerra de los elementos; el sufrimiento está presente, pero es lo suficientemente abstracto para que el dolor nos eduque sin herirnos, como lo quiso siempre el arte. "Tras arder siempre nunca consumirse" escribió Quevedo. Y estos trozos de madera que se ordenan en paisajes tensos y sugerentes, o en columnas cubiertas de inscripciones, en totems indescifrables, que aquí sugieren austeros paisajes orientales, allí superficies de signos, que se unen y se abren como libros cargados de escrituras poderosas, de alfabetos mágicos, son imagen de la labor de un fuego que arde pero no consume, que inscribe figuras y dispone músicas, que no impone un sentido y sin embargo se deja sentir, que obra poderosamente en nosotros.

Tras la rudeza del proceso, la serenidad del resultado. Las obras nos permiten ignorar u olvidar que su conquista costó fuego y ceniza. Este arte que queremos mirar y palpar, no busca ser leído ni descifrado, pero armoniosamente nos trasmite su intensa y delicada poesía. Son esquirlas del enorme taller de la naturaleza, donde la creación y la destrucción luchan sin fin, y frecuentándolas volvemos a sentir cómo la parte puede contener al todo, cómo la luz se alimenta de oscuridad, cómo el beso del fuego aniquilador puede ser también el comienzo de una forma y el nacimiento de un lenguaje.

William Ospina

Tomado del Folleto: Ana María Rueda - Fuego
Museo de Arte Moderno de Bogotá - 1999



Ana Maria Rueda

Como artista, mujer de hogar y ser humano, cree en la autenticidad del individuo, en una vida espontánea sin condicionamientos, en lo no aprendido, en aquello que sale del corazón en un instante y que permite que cada día se logre ser más joven.

Por eso su trabajo y su vida cotidiana van ligados y están orientados por esta única filosofía. Ana María pinta como siente, como asume el mundo y las circunstancias en que se mueve. Se viste de igual manera: "Me visto como me siento, sin premeditación de ninguna clase. Me visto sin estilo dentro de mi estilo, pues no me gusta encasillarme dentro de nada y tampoco que me comparen con nadie. No sigo ninguna moda y tampoco me interesa estar dentro de ella".

Cada día, frente al espejo, Ana María trata de encontrarse a sí misma, vistiéndose con colores o prendas que reflejen sus sentimientos en ese mismo instante: "Algún día me visto muy elegante, otro día invento un atuendo nuevo, con cosas nuevas o viejas, me da igual".

Esta forma desprendida de vivir y de vestir le ha dado un estilo único, que también se refleja en su entorno: "En mi casa todo es hecho por mí, pinto los muebles, las paredes, las mesas. Así voy haciendo las cosas, poco a poco".

Ana María Rueda se proyecta en su mundo cotidiano de una manera libre, original y armónica, que le brinda una gran alegría.

Revista Semana

Thursday, November 5, 2009

FIX Looks @ CORPORACIÓN MINI KU SUTO

martes, octubre 13, 2009

PRESENTACIÓN PRIMEROS ENCUENTROS REGIONALES DE EDUACIÓN ARTÍSTICA

[LOGO+ENCUENTROS.jpg]
El Ministerio de Cultura a través del grupo de Educación Artística de la Dirección de Artes, en alianza con las Secretarías de Cultura Departamentales y Distritales y con entidades que fomentan la educación artística

Convocan

a participar en los Primeros Encuentros de Educación Artística “Un derecho de todos”
de Octubre 16 a noviembre 13 de 2009.

Los encuentros están dirigidos artistas, gestores y facilitadores involucrados en procesos de formación en Casas de Cultura e instituciones afines. Docentes de artes vinculados a instituciones educativas y culturales en todos sus niveles y modalidades. Servidores públicos responsables de procesos de educación artística y cultural. Investigadores en ciencias sociales, artes, pedagogía y educación artística. Profesionales interesados en el proceso de creación, producción, distribución de bienes o servicios culturales, estudiantes de programas en áreas artísticas y educativas.

Esta es una excelente oportunidad para que docentes, artistas y facilitadores que orientan y adelantan procesos educativos en artes compartan saberes y experiencias.

LA INSCRIPCION AL ENCUENTRO NO TIENE COSTO ALGUNO PARA LOS PARTICIPANTES, SE REQUIERE INSCRIPCIÓN PREVIA YA QUE EL CUPO ES LIMITADO.


FECHAS Y HORARIOS DE REALIZACION

Caribe: Barranquilla. Octubre 16 y 17 (8 a.m.- 6 p.m.)
Orinoquía: Villavicencio. Octubre 23 y 24 (8 a.m.- 6 p.m.)
Zona Andina: Armenia. Octubre 30 y 31 (8 a.m.- 6 p.m.)
Centro Oriente: Pamplona. Noviembre 6 y 7 (8 a.m.- 6 p.m.)
Pacífico: Cali. Noviembre 13 y 14 (8 a.m.- 6 p.m.)

METODOLOGÍA:

La estructura general de los Encuentros contempla las siguientes actividades: plenarias con presentación de experiencias regionales en educación artística, mesas de trabajo con talleres de sistematización de experiencias y elaboración de currículos; y una mesa de trabajo final que aborda el debate sobre la política pública en educación artística.

REQUISITOS PARA LA PARTICIPACIÓN: Diligenciar el formulario de inscripción adjunto ó ingresar a www.mincultura.gov.co entrar a la Dirección de Artes y diligenciarlo online.

CIERRE DE INSCRIPCIONES: OCHO (8) DÍAS ANTES DE INICIAR CADA REGIONAL

El formato ADJUNTO, debe ser diligenciado y enviado vía mail a en.educacionartistica@gmail.com minikusuto@gmail.com

Mayores informes:
www.mincultura.gov.co http://minikusuto.blogspot.com/

Teléfonos de contacto en Bogotá: 3500403, 3506547, 3118641369, 3105553521, 3123044705

PRESENTACIÓN GENERAL

Dando seguimiento a los acuerdos del IV Encuentro Nacional de Educación Artística, a partir del presente año el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Artes, y en alianza con las Secretarías de Cultura Departamentales y Distritales, realizará cinco Encuentros Regionales de Educación Artística en Barranquilla, Villavicencio, Armenia, Pamplona y Cali. Los Encuentros son espacios de participación, consenso, evaluación y visibilización de la política de fomento de la educación artística y de las acciones en el marco estatal y de la sociedad civil.

En ese orden de ideas se toman como referentes, las conclusiones resultantes del IV Encuentro Nacional de Educación Artística “Lugares y sentidos del arte en la educación en Colombia” y del “Foro de Educación Artística y Cultural: fortaleciendo competencias básicas y ciudadanas”; de las cuales se recogen las siguientes líneas fuerza que priorizan los avances en la construcción de una política pública para la educación artística en el presente año:

1. Establecer una instancia INTERSECTORIAL permanente de concertación para la formulación de políticas, ejecución y evaluación de acciones que promuevan la educación artística.

2. Actualizar un diagnóstico y análisis de la oferta de educación artística y cultural en el país, que incluya la identificación de experiencias exitosas en los diferentes niveles y modalidades de la educación (Educación Formal, para el Trabajo y el Desarrollo Humano, Informal, Normales, etc.), que permita organizar una asistencia técnica, apoyo y acompañamiento a esta oferta.

3. Implementar pilotos para validar las orientaciones pedagógicas en educación artística y cultural, que permitan mejorar las prácticas pedagógicas en docentes y estudiantes.

4. Implementar estrategias de información y comunicación masivas sobre el área, para transformar el imaginario social y posicionar la educación artística como campo específico del conocimiento.

5. Implementar redes de educación artística con la comunidad académica que permita dar continuidad a los debates conceptuales planteados en los Encuentros y por otro hacer acompañamiento y seguimiento a las diferentes acciones que promueven la educación artística.

6. Continuar con la implementación de cualificación de artistas y docentes: programas de formación a formadores, actualización docente y profesionalización.

OBJETIVO GENERAL

Valorar y fortalecer la educación artística y los procesos que se adelantan a nivel regional, propiciando un espacio de encuentro, promoción de conocimiento, visibilización de experiencias y debate de las políticas públicas en Educación Artística.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Fortalecer y estructurar el trabajo en red de los agentes involucrados,
• Intercambiar experiencias y saberes.
• Debatir el alcance de las políticas públicas sobre Educación Artística.
• Levantar la información correspondiente a los agentes artísticos, educativos y culturales.
• Identificar los nodos regionales de las Escuelas de Formación Artística y Cultural.
• Construir el propósito común de la Educación Artística a partir de las particularidades de cada contexto.

Ministerio de Cultura: Carrera 8. No. 8-09 Teléfono: 3424100 Telefax: 3521665. Bogotá
Atala Bernal, Mónica Romero - Grupo de Educación Artística, Dirección de Artes
Coordinación Logística. Cel: 3118641369, 3105553521
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Correo electrónico: en.educacionartistica@gmail.com minikusuto@gmail.com

DOCUMENTOS DE REFERENCIA (II)

Sección 1…………………………


Asistimos a una de las revoluciones más extraordinarias de la historia….es una revolución centrada en las tecnologías de la información y la comunicación, lo que la hace mucho más importante que la revolución industrial en cuanto afecta el conjunto de la actividad humana. Todo lo que hacemos la organización social y personal, es información y comunicación……..Las actividades estratégicamente centrales de esa economía tienen un núcleo globalizado en el sentido que funciona como una unidad en todo el planeta, de manera cotidiana.
(CASTELL Manuel)(1)

Las sociedades contemporáneas se han conformado de una manera tan compleja y activa, que los sujetos que hacemos parte de ella no alcanzamos a observar todos los elementos que las configuran, esto en gran medida por hacer parte de las dinámicas de un mundo globalizado y del desenvolvimiento continuo de lo que se ha venido llamando las revoluciones tecnológicas y comunicacionales.

Estas revoluciones mueven a la sociedad y a los individuos, y a la vez se mueven a grandes velocidades, están compuestas de flujos de información que atraviesan las sociedades, los sujetos, las comunidades y las culturas, configurando un mundo de la información, un mundo sobre-moderno, en donde la mayoría y las diversas formas de vida personales o sociales se ven involucradas por nuevas relaciones intersubjetivas, políticas y económicas, que de esta situación se derivan y expresan, donde esencialmente se observa un mundo tecnológico, global, diverso y urbano.

Esta situación de complejidad, de transversalidad y transitoriedad, de flujos de información, de cambio, de incertidumbre, han hecho que las ciencias humanas y sociales, tengan que redefinir sus marcos de acercamiento y análisis, de tal forma han que hayan venido entendiendo al ser humano desde una perspectiva dinámica y genérica, como un ser cultural, complejo y diverso, que a través de distintas formas y medios personales y sociales, reconoce la importancia de la vitalidad de su propia condición de conciencia, de subjetividad y de experiencia en las diferentes relaciones que establece con el entorno y con sus procesos de formación como ser humano, es así, como se introduce nuevos desarrollos a las discusiones sobre el papel que juegan las instituciones, las personas, los procesos de socialización y la disposición en su concreción; por lo tanto para las ciencias sociales y humanas se produce un desplazamiento y una ampliación de la discusión del fenómeno de la configuración y conformación del ser humano a el problema de la educación en una dirección conceptual ampliada.


En este sentido se hace necesario hacer una reflexión contextualizada del poder y la necesidad que tiene este fenómeno social en las sociedades contemporáneas y como es entendida de manera dinámica y transversal.

UN BREVE ACERCAMIENTO AL CONCEPTO DE EDUCACIÓN AMPLIADO.
“La educación se ha ido extendiendo al paso del tiempo. Lo que se consideraba algo realizable sólo en la escuela, ha pasado a ser un acontecimiento habitual en cualquier rincón de la sociedad... cambios en los agentes educativos, ... las instituciones o agencias educativas, ... de la ciudad, ... del barrio, son reflejo de la propia sociedad”
(TRILLA 1993. Solapa de Otras Educaciones).
Durante más de dos siglos la escuela fue designada y legitimada por la sociedad racional, sustentada en las tesis de la modernidad occidental, como la única institución encargada de desarrollar la actividad educadora, por lo tanto le fue encargada esta tarea como acción sociopolítica, fue elegida como el lugar, el espacio y el tiempo por excelencia para cumplir el papel de educar a todos los individuos de la sociedad, al respecto el maestro Pablo Pineau nos acerca a esta discusión en su texto ¿Por qué triunfo la escuela? o la modernidad dijo: “Esto es educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo”, cuando comenta: “Un profundo cambio pedagógico y social acompaño el pasaje del siglo XIX al XX: la expansión de la escuela como forma educativa hegemónica en todo el globo, En ese entonces la mayoría de naciones del mundo legisló su educación básica y la volvió obligatoria, lo que le dio como resultado una notable explosión matricular. La condición de no escolarizado dejo de ser un atributo bastante común entre la población, al punto de que muchas veces ni siquiera se lo consignaba, para convertirse en una estigma degradante. La modernidad occidental avanzaba y a su paso iba dejando escuelas. De París a Timbuctú, de Filadelfia a Buenos Aire, la escuela se convirtió en un innegable símbolo de los tiempos, en metáfora de progreso, en una de las mayores construcciones de la modernidad…”.(2) El discurso escolar y político-social llevo a considerar que hablar de educación era sinónimo de escuela, tanto así que esta institución del sistema formal le fueron asignados los triunfos o los fracasos económicos de las naciones o las grandes soluciones a los problemas sociales, pero este discurso y la misma escuela sufrió un desgaste, al punto que hoy no responde a todas las obligaciones que la modernidad quiso depositar en ella, debido a que no se ha podido acomodar y responder a los rápidos cambios que las sociedades contemporáneas experimentan y presentan, como los nuevos conocimientos científicos, tecnológicos, los medios masivos de información y comunicación, los constantes y cambiantes flujos de información, los requerimientos políticos y económicos de los procesos de globalización y las nuevas relaciones de producción y laborales que provocan nuevas necesidades y problemáticas, para las cuales la escuela como institución no estaba diseñada y preparada.

Bajo este contexto de multiplicidad y diversidad, el fenómeno educativo en el mundo contemporáneo, toma un sentido distinto de significado, pues supera el hegemónico discurso escolar por un lado y por otro obliga ampliar el espectro de indagación sobre otros acercamientos teóricos que brinden un horizonte nuevo de perspectivas y concepciones sobre lo que se considera como educación, que permita la ampliación y la configuración de un examen y una mirada reflexiva a la definición contextual de lo que significaría el proceso educativo; en este sentido se hace importante acercar definiciones como la que hace el profesor Víctor Manuel Gómez quien afirma que: “ La educación es el proceso continuo de formación de la personalidad, la adquisición de valores, destrezas y conocimientos que se realizan a lo largo de la vida - desde la cuna hasta la tumba- a través de la vida cotidiana, la institución escolar, todas las interacciones sociales y los medios de comunicación”(3),Esta definición nos introduce en la visión, que la educación es un proceso y a la vez, que es un proceso continuo, que intenta atender de forma integral la compleja naturaleza del hombre, en sus diferentes esferas y entiende la acción educativa como un fenómeno cultural presente en toda la sociedad, donde el concepto de educación, abarca diferentes realidades en el ámbito personal, político, económico, cultural y social, tomando significación en la realización de las diferentes actividades de la acción educativa, sean estas de perfeccionamiento, de socialización, de autorrealización, de influencia, de intencionalidad, de búsqueda de fines, de referencias a facultades humanas o de comunicación.

En este intento por comprender la trascendencia actual de lo que se considera como educación, nos obliga a continuar haciendo acercamientos teóricos de su significado desde diferentes perspectivas, una de ellas, dentro del gran campo de estudios sobre educación, es la que tomaremos como base, que considera como el proceso educativo como UNIVERSO, en donde tienen lugar acciones educativas motivadas por diferentes fines, valores, afectos o tradiciones.

Este concepto de universo educativo, toma relevancia en su sentido amplio de acercamiento al fenómeno educativo y “se puede entender con su potencialidad sistémica al ser definido por Jaume Trilla Bernet como (...) el conjunto de hechos, sucesos, fenómenos o efectos educativos, formativos y/o instructivos. Y al conjunto de instituciones, medios, ámbitos, situaciones, relaciones, procesos, agentes y factores susceptibles de generarlos”(4). “Agrega que está caracterizado por una división integral, con diferentes componentes por los cuales está estructurado y Puede definirse como un sistema formado por las interrelaciones dinámicas con capacidad procesual de la totalidad de instituciones, elementos, unidades, complejos y aspectos, como sus manifestaciones y fenomenologías, cuya misión o función sea total o parcialmente educativa”[5].

Esta aproximación teórica nos abre la posibilidad de hacer ejercicios reflexivos y educativos con aquellas personas que intervienen directamente en procesos educativos o que están interesadas en desarrollar deliberaciones sobre las prácticas educativas que no necesariamente se realizan en el ámbito escolar. Para hacer un acercamiento básico, a la ampliación de dichos conceptos se propone como primer ejercicio de taller grupal a desarrollar, el siguiente:

EJERCICIO 1.
De forma individual, defina con sus propias palabras:

¿QUÉ ES EDUCACIÓN?










¿QUÉ RELACION EXISTE ENTRE EDUCACION, SOCIEDAD Y CULTURA?
¿QUÉ ENTIENDE POR UNIVERSO EDUCATIVO?













DE FORMA GRUPAL
+Socialice sus respuestas y lleguen en la medida de lo posible a un acuerdo sobre ellas.
+ Contraste con la teoría lo planteado y lleguen a sus propias definiciones.

Continuando con el acercamiento al concepto de universo educativo, y el reconocimiento de las pautas que lo configuran se puede resaltar la composición y su constitución en tres grandes sistemas educativos: el sistema de educación Formal, el sistema de educación No Formal y el sistema de educación Informal, donde “(….) cada uno de ellos se diferencia a partir de la naturaleza de sus instituciones, las prácticas llevadas en ellas, los mensajes, sus contenidos y la forma como se seleccionan estos mensajes. Cabe anotar, que un sistema puede ser, el conjunto de variables, de tipo material o conceptual, que se interrelacionan y que generan formas de relación de aprendizaje entre el conocedor y lo conocido desde una perspectiva valorativa que integra los símbolos, creencias, y en fin, factores culturales de lo que se entiende como realidad, que responden, a las necesidades, estructuras sociales, la economía y en general a la comprensión socio-cultural de las personas que son la base de las organizaciones, de la jerarquización y de la estructuración de éstos componentes”[6].

Asimismo se puede hacer la caracterización, delimitación y contraste de los tres sistemas educativos respecto a sus particularidades y divergencias que configuran su dinámica interna, a través de cuatro criterios de diferenciación: la duración, la universalidad, la institución y la estructuración.

Sistema de educación Formal: Es el sistema educativo que hace relación al componente institucional escolar y a los procesos educativos de la estructura oficial reglada, con grados y niveles de enseñanza primaria, secundaria y superior, donde se proveen títulos académicos y se hallan integrados en el organigrama institucional de un Estado determinado, Coombs y Ahmed afirman que la “(…)educación formal es naturalmente, el “sistema educativo” altamente especializado, cronológicamente graduado y jerárquicamente estructurado que se extiende desde los primeros años de escuela primaria hasta los últimos años de la universidad.”[7].
Criterios de diferenciación[i]:

Duración: con respecto a este primer criterio, la educación formal tiene límites definidos, es decir que tiene un comienzo y un final determinados en calendarios escolares y en los niveles que, en nuestro país, se organizan de la siguiente manera: preescolar (un grado obligatorio), educación básica (nueve grados divididos en cinco de primaria y cuatro de secundaria), educación media (de dos grados), y por último está la educación superior que se divide en técnico profesional (dos años), tecnológico (de dos y medio a tres y medio años), y universitario (cinco años).

Universalidad: la educación formal sólo atiende a una parte de la población, está característica hace referencia a su cubrimiento relativo en algunos casos y en algunos niveles. Es decir, que este sistema no tiene un total cubrimiento de las necesidades educativas de la población en edad escolar.

Institución: este sistema es el representante de la institucionalidad que está presente en la escuela desde sus niveles de preescolar hasta el nivel superior. Siempre tiene que realizarse en este espacio y en este tiempo.

Estructuración: la educación formal está estructurada jerárquicamente con períodos, ciclos y niveles temporales, y a la vez tiene una organización interna jerárquica que se evidencia en las relaciones de poder entre los diferentes miembros de la comunidad, así la relación entre profesores-estudiantes y maestros-directivas. Por otra parte, existe en este sistema tres características específicas: organización, sistematización e intencionalidad.

Sistema educativo No formal: Para Coombs y Ahmed la educación no formal versa sobre: “toda actividad organizada, sistemática, educativa, realizada fuera del marco del sistema oficial, para facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos particulares de la población, tanto adultos, jóvenes, como a niños.”[8] , donde este sistema está formado por el conjunto de instituciones y medios educativos intencionales y con objetivos definidos, que no forman parte del sistema de enseñanza graduado o formal.
Criterios de diferenciación[ii]:

Duración: tiene una extensión limitada; sin embargo, se hace presente en diferentes momentos a lo largo de la vida.

Universalidad: en general afecta a todas las personas, pero está especificada y concebida para personas o grupos con características comunes.

Institución: se puede llevar a cabo tanto dentro de organizaciones, como fuera de ellas, el interés de quien la desarrolla. No es la escuela.

Estructuración: tiene un nivel alto de estructuración. Comparte con la educación formal las características de sistematización, organización e intencionalidad.

Sistema de Educación Informal. Es el conjunto de procesos y factores que generan efectos educativos, sin haber estado expresamente configurados para tal fin, es la educación de la vida cotidiana. Para Coombs y Ahmed, la educación informal es: “un proceso que dura toda la vida y en el que las personas adquieren y acumulan conocimientos habilidades y actitudes, y modos de discernimiento mediante las experiencias diarias y su relación con el medio ambiente.”[9]
Criterios de diferenciación[iii]:
Duración: la educación informal es la única que se presenta como un proceso continuo a lo largo de la vida.
Universalidad: en este sistema tal criterio afecta a todas las personas, pues la naturaleza educable del ser humano permite la adquisición y acumulación de aprendizajes en todo el ciclo vital.
Institución: es la menos institucionalizada, no tiene organizaciones específicas que la desarrollen y carece de niveles, grados y de un ordenamiento jerárquico.
Estructuración: no está estructurada, por lo tanto no posee forma organizativa, sistematización e intencionalidad, hasta el punto que podría decirse que es no intencional.
Al concebir la actividad formativa social como el universo educativo se puede acercar al fenómeno educacional de manera profunda y se puede ver compuesto de sistemas, con las caracterizaciones propias de cada uno según su ámbito y ejercicio de acción, con la extensión en el tiempo-espacio, en las instituciones y la propia categorización de la actividad educacional; esto nos acerca a una definición ampliada educación, que en un marco general se puede entender como una actividad social que comprende “....un complejo entramado de relaciones educativas que se entablan a lo largo del ciclo vital, en espacios diversos de la sociedad, que tiene como objetivo la persona, tanto en su concreción, como en su universalidad como ser humano, y que propende por su mejoramiento en el ser, el hacer, el conocer y el convivir, y, que encuentran en su desarrollo diferentes significados de acuerdo al sistema educativo que compone este universo, de este modo, se hace necesario entender la acción educativa bajo parámetros esenciales de intencionalidad del agente y del efecto educativo logrado”[10].

Para dar cuenta de este recorrido conceptual y bajo la dinámica del seminario-taller, propuesto se presenta, el segundo ejercicio de trabajo.

EJERCICIO 2.
Observe la guía y compleméntela, siguiendo las indicaciones.
De manera individual tome un ejemplo para cada sistema de educación, de una de sus experiencias educativas en la que está formado y caracterícelas de manera detallada tomando como base la reflexión sobre los criterios de diferenciación antes expuestos.

De manera grupal defina cuales es el sistema de educación, los criterios de diferenciación, las características y las especificidades de la experiencia en educación artística que usted representa y en la cual participa.

CRITERIOS DE DIFERENCIACIÓN.


DURACIÓN
UNIVERSALIDAD
INSTITUCIÓN
ESTRUCTURACIÓN
EDUCACIÓN FORMAL


















EDUCACIÓN NO FORMAL










EDUCACIÓN INFORMAL










Después de realizar las dos actividades anteriores, realizar un escrito donde dé cuenta de la caracterización de la experiencia en educación artística que usted representa y en la cual participa.


Sección 2…………………………

LA ESTRUCTURACIÓN DE CURRÍCULOS.
ACERCAMIENTO AL CONCEPTO DE CURRICULO.

El currículo es un documento guía diseñado para emprender el proceso educativo de manera planeada y ordenada, es el diseño que permite planificar las actividades académicas a desarrollar, donde las instituciones, organizaciones y personas dedicadas a los procesos educativos plasman su concepción de educación. El currículo es la materialización de los discursos pedagógicos y de la educación, proyecta la perspectiva de las actividades, didácticas y metodologías que posibilitan formación de los educandos, por lo tanto debe entenderse mas allá de las listas de materias, de los programas de las asignaturas y de la serie de cursos, pues es la definición de lo que se debe enseñar y de lo que se pretende se debe aprender, es lo que se enseñar y aprender y es lo que realmente se enseña y aprende; incluye también el cómo, es decir, las estrategias, métodos y procesos de enseñanza, se configura en su forma definitiva en su propio proceso de aplicación, es un instrumento integral amplio de la formación humana y el control social, que interactúa en y con el medio social cultural (intraescolar y extraescolar) en que se desarrollan los diferentes actores educativos, es un mecanismo que han desarrollado ciertas comunidades humanas para facilitar los procesos de adaptación y aculturación, es un programa de introducción a la cultura humana.
El currículo son planes para el desarrollo de la acción enseñanza aprendizaje, que se expresa en experiencias guiadas y preseleccionadas a las cuales se deben exponer los educandos, busca dentro de un enfoque pedagógico especifico, la manera de identificar, seleccionar y proponer un determinado conjunto de conocimientos científicos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que deben aprender los educandos y los maestros deben estimular para incorporarlos en la estructura cognitiva del estudiante, son un conjunto de saberes o formas culturales esenciales para el desarrollo y la socialización de los estudiantes.

BIBLIOGRAFIA
CARR, W. KEMMIS; S. “Teoría crítica de la enseñanza. La investigación en la Formación del Profesor”. Barcelona, 1988.
CASTELL, Manuel. “Globalización, sociedad y política en la era de la información, Tomado de REVISTA BITACORA Universidad Nacional de Colombia. 2001.
COOMBS. P.H. “La Crisis Mundial de la Educación”. México, Edith Fondo de Cultura Económica, 1971.
COOMBS, P.H. Y AHMED M. “La Lucha Contra la Pobreza Rural. El aporte de la educación No Formal”. Madrid: Editorial Tecno, 1975.
GOMEZ, Víctor Manuel. Programa de sociología de la educación 1. UNAL Área Especial. 2001
PACHECO G, Juan Carlos. “La Educación No Formal: Baja Calidad y Pobreza” en “Revista Colombiana de Educación”. Bogotá No. 29 septiembre de 1994. Pág. 127. – 139. BCUN.
PENILLA M. Wilson A. y PALOMINO A. Jhon F. LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capítulo primero. El universo educativo. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.C. 2003.
PINEAU, Pablo. ¿Por qué triunfo la escuela? o la modernidad dijo: “Esto es educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo”. Editorial Antropos. 2000.
TRILLA B., Jaume. Otras Educaciones: animación socio-cultural y Formación de adultos. Barcelona: Edit Antropos, 1993. 99 p.
TRILLA, B. Jaume. La Educación y la Ciudad. En: Otras educaciones. Universidad Pedagógica Nacional. Anthropos. Barcelona, 1993. Pp. 177-203.








[1] Tomado de Globalización, sociedad y política en la era de la información.
[2] PINEAU,Pablo. ¿Por qué triunfo la escuela?o la modernidad dijo: “Esto es educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo”. Editorial Antropos. 2000.
[3] GOMEZ, Víctor Manuel. Programa de sociología de la educación. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001.

4Citado por: PENILLA M. Wilson A. y PALOMINO A. Jhon F. LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad Bolívar”. Capitulo primero. El universo educativo. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.C. 2003 en TRILLA B. Jaume. Otras educaciones: animación sociocultural y formación de adultos. Barcelona: edit ANTRPOOS, 1993. 99P.

[5] Ibid. 101 p.
[6] PENILLA M. Wilson A. y PALOMINO A. Jhon F. LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capitulo primero. El universo educativo. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.C. 2003 e
[7] COOMBS, P.H. y AHMED, M. La Lucha Contra la Pobreza Rural. El aporte de la educación no formal. Madrid: Editorial Tecnos, 1975.
[8] Op. Cit. COOMBS, P.H. y AHMED, M. 27 p.
[9] OP Cit. COOMBS, P.H y AHMED, M. 27 p.

[10] PENILLA M. wilson A. y PALOMINO A. Jhon F. LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capitulo primero. El universo educativo. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá D.C. 2003.





[i] Los criterios de diferenciación fueron tomados literalmente del apartado1.1. Educación Formal, del documento: LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capítulo primero. El universo educativo,
[ii] Los criterios de diferenciación fueron tomados literalmente del apartado1.3. Educación No Formal, del documento: LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capítulo primero. El universo educativo,
[iii] Los criterios de diferenciación fueron tomados literalmente del apartado1.2. Educación Informal, del documento: LA PEDAGOGÍA SOCIAL, caso programa circo cuidad. Elementos pedagógicos, artísticos y sociales de una experiencia de educación no formal en ciudad bolívar”. Capítulo primero. El universo educativo.

DOCUMENTO DE REFERENCIA: LA FORMACIÓN COMO EJE Y PROBLEMA CURRICULAR

LA FORMACIÓN COMO EJE Y PROBLEMA CURRICULAR:

Una mirada desde la práctica educativa en arte.

El Guaviare es Rio. Selva recortada a la fuerza que deja islas para monos aulladores en exilio. Éstos a gritos se buscan desesperadamente entre la polución de una civilización que llega por cuotas y con grandes sueños. Como Rio, se mezclan al tiempo los caudales de lluvia y el calor agobiante, las dos fuerzas se disputan la hegemonía de lo extremo…los toques de queda, lo obligante de buscar resguardo de la lluvia, del calor y de la bala. Así, entre aullidos de mono nómada, de mitos de mascadores de Chimú, de Chaqueros soñadores, de caníbales ancestrales que encantan lagunas y esperan a sus terrenales victimas…existe la magia sobrenatural de la selva. Una ceiba imponente, un néctar de Arazá recuerdan de forma permanente la condición sagrada de lo humano, se añora esa compañía, las inclemencias y los misterios de mujer que como selva se revela. Ahora aquí se es forastero, quizás en la danza propia de la llanura pueda estar acompasado.

Actualmente las reformas que se imponen en el terreno de la educación están demarcadas por las demandas que diversos sectores establecen como ideales de progreso y desarrollo coherentes con las dinámicas del modelo económico. En este sentido, no es un secreto que la política pública en educación legitime las formas de hábito y comportamiento que son más cercanas con la fluidez del capital. Este problema en últimas, refleja la falta de una capacidad política concreta por parte de las sociedades para proponer “desde abajo” los estilos de comportamiento y los ideales de crecimiento más cercanos a sus deseos de convivencia y de estructura social.

Esto significa que por definición y naturaleza, el problema de la educación es opuesto al concepto de formación. Una sociedad formada es una sociedad peligrosa, rebelde por naturaleza, consciente de la anomia y moralmente proscrita; lo que la hace vanguardista, propositiva. Una sociedad educada es una sociedad distraída y conforme, regulada y rentablemente productiva, disciplinada.

De entrada, la oposición y relación entre formación / educación establece una tensión de fuerzas. El producto de dicha tensión es en últimas la producción de un tipo de individuo y la función que éste determina para su propia libertad. Direccionar cualquier discusión contemporánea en educación sobre esta tensión es necesario, si de fondo lo que se plantea es una o varias transformaciones de los actuales modos.

La noción de formación resulta bastante actual como elemento que puede resignificar las prácticas educativas, según Martínez Boom:
Hoy, cuando pensamos la formación, se concitan una serie de planteamientos que nos arrojan a un océano de incertidumbre. Cuando la perfectibilidad del ser humano se pone en entredicho, entra en crisis el concepto de formación puesto que ya no hay modelos, ni un telos que los oriente. Actualmente el tema de formación no es tan claro y evidente como hace veinte años, cuando la educación formaba y acercaba al hombre a su realización. Hay que trabajar tal vez en otras perspectivas de los procesos formativos, no desde la satisfacción y la tranquilidad de antes, sino en su inmanencia, en sus trayectos vitales que se cruzan con los otros, inmersos en un caos que nos deja errantes en un mundo donde ya las certidumbres se van eclipsando. (Martinez Boom, 2006:28)

Es por ello que de la mano del arte, como otra perspectiva, otra entrada; el sujeto se dé la oportunidad de imaginar mundos y realidades alternas, una educación artística está más cercana a la dimensión formativa (no es gratuito que los espacios de arte se reduzcan cada vez más de los currículos, esto define una política, una biopolítica) Dado que formar-se implica un espacio realmente reflexivo, una posibilidad de poner in distans e identificar los aparatos que biopolíticamente determinan nuestros actos. La biopolítica según el análisis de Castro Gómez 2007:156 es:

“Una tecnología de gobierno que intenta regular procesos vitales de la población a contraluz y mediante exclusión violenta de su otredad (…) En otras palabras, la biopolítica es una tecnología de gobierno que “hace vivir” a aquellos grupos poblacionales que mejor se adaptan al perfil de producción necesitado por el Estado capitalista y en cambio, “deja morir” a los que no sirven para fomentar alimentar el trabajo productivo, el desarrollo económico y la modernización. Frente al peligro inminente que representan estos enemigos, la sociedad debe “defenderse” y para ello esta justamente la biopolítica”.


Aunque la reflexión que hace Castro Gómez del último trabajo de Foucault está centrado sobre las implicaciones de un biopoder que determina el asunto racial en relación con el modelo económico, su tesis es sugestiva por las derivaciones y sofisticaciones que hacen aparecer dispositivos dentro de un esquema de biopolítica contemporánea y que en últimas dan cuenta de distintas formas de colonialidad. Por lo tanto, tanto los currículos como la mayoría de las políticas educativas pueden verse afectados por dichos fenómenos.

Por supuesto, dentro de esta amalgama de tendencias y mecanismos de dominación y sujeción que están por rastrearse aún en el campo educativo en su totalidad, el currículo puede entenderse como un factor clave que o bien conduce a la reproducción de dichas formas de colonialidad del saber y del poder ó por el contrario, supone una alternativa clara y potente para atravesar las estructuras hegemónicas. Darse a la tarea de construir un currículo para la enseñanza de las artes debe partir de un horizonte distinto a lo disciplinar, es decir, un currículo como programa, debe ser formativo y mucho más en artes. Pues al arte se le asigna históricamente la capacidad de la vanguardia y la innovación. La pregunta por supuesto es ¿cómo lograrlo?


Pensar la formación como excusa de trabajo colaborativo.
Uno de los ejes temáticos del Diplomado que sirve como pretexto para este escrito tiene que ver con la relación explicita entre las prácticas artísticas y la formación de ciudadanos alternos. La ciudadanía alterna se explica como un modo de vida. Como un estilo particular de ser y hacer en el mundo bajo una serie de condiciones particulares. En este sentido, como una línea de fuga, como aparato conceptual que facilita la crítica y la toma de posición que facilita las acciones coherentes. Tomar-se de nuevo el control de la vida es configurar una biopolítica centrada en el sujeto y no en la estructura: Recuperar la posibilidad de agenciar la existencia y de producirla. No obstante, para que dicho esquema funcione dentro de la dinámica educativa requiere el entrenamiento especial del propio docente.

El docente se convierte bajo esta perspectiva en testimonio de las consecuencias de este modelo. Un docente que se forma, por lo tanto, enseña desde su propia experiencia resignificada. Contrapone la moral y la subvierte en ética. Sus temáticas rondan por los acontecimientos de su propia vida lo que dota de sentido sus prácticas. El camino de constitución del ámbito formativo es, en este orden de ideas, un ejercicio permanente de confrontación compartida, el docente no brinda conocimientos sino espacios de deliberación, ofrece desde su propia opción de vida un marco de referencia para invitar y seducir al estudiante sobre las prácticas de sí mismo, de cuidado de sí. Veamos como ilustra esta idea de formación Remolina Vargas:

“(…) todo lo anterior apunta a capacitar a la persona para el ejercicio de una auténtica libertad que, más allá del simple libre albedrío, es la capacidad de realizar el bien. Conformar el ser desde su interioridad ofrece la posibilidad de alcanzar la sabiduría y los verdaderos valores humanos; es darle la fuerza necesaria para que actúe en forma responsable y libre. Es equiparlo para actuar el bien” (2001:8).

Complementa Baena en el mismo documento:
“(…) la libertad es la responsabilidad que tiene el ser humano al replegarse sobre sí mismo, capaz de auto- posesión de sí mismo replegándose sobre sí, de tener un dominio de sí mismo, sobre sí mismo. La libertad es la capacidad de responsabilizarse para ser sí mismo. Por eso, la decisión de una cosa o de otra no es propiamente la libertad sino uno de los tantos momentos del ejercicio mismo de la libertad” (2001:17)

Desde la experiencia de Martínez Boom, el trabajo con el docente debe estar entonces dispuesto al riesgo dice él:

“(…) de estar abiertos, con unos modos de proceder, no solamente en el sentido del cuerpo, sino de formas de proceder en el discurso; tener a su vez muchas preocupaciones, poner en suspenso otras, suspenderse, alejarse de algunos conceptos…(2006:13).
Entonces, el ejercicio de capacitación centrado en el diseño de currículo con carácter formativo con los docentes participantes dentro del proceso descrito se planteó bajo tres premisas de corte metodológico que viabilizaron el trabajo desde dos lugares de reflexión temporal y de reconstrucción de la historia de vida como docente:

Qué me formó?, quienes me formaron? y cómo me formaron?
Qué formo?, Cómo formo?. En contraste con:
Qué enseño, quienes me enseñaron, cómo enseño.

La intencionalidad con éste tipo de ejercicios de carácter hermenéutico tienen que ver con dos funciones básicas de una antropología filosófica: Diferenciar y jerarquizar. Dichos momentos resultan determinantes para clarificar el sentido de las prácticas y el topos del instructor o docente.

Entonces se buscaba aquí en concordancia con lo expresado por Martinez (2006:14):

“Al ser un asunto de comunidad, es decir, de expresión compartida, la investigación se unge de un cariz político y de la política, cuando en la lectura de lo más próximo gesta nuevas relaciones con el mundo y abre otras dimensiones en el movimiento de lo impensado. Cuando investigamos intentamos dar ritmo a los interrogantes de formas inventivas; leer y poner en suspenso las maneras en que vivimos; subrayar el poder que se ejerce en los intersticios de la existencia; incitar, a través de la instalación de inéditos, interrogantes a los movimientos del pensar; hacer circular nuestras afecciones entre los otros creando espacio-tiempos para el discurrir de lo más entrañable. Investigar como acontecimiento, como producción de efectos múltiples, genera a primera vista, suspender la oleada de discursos que siguen dando vuelta sobre sí mismo”.

La experiencia pedagógica y la identificación de hitos de formación:
La capacidad narrativa de los participantes en este tipo de ejercicios pueden dar cuenta no solo de referentes emocionales con los que se refieren a sus propias prácticas sino también, a los efectos que sus propios acontecimientos generan sobre las dinámicas que habitan sus discursos y métodos. En este orden de ideas, el procedimiento utilizado favorece en términos de equipo docente, de académicos, la posibilidad de valorizar la práctica dentro de un campo del currículo dado que, como afirma Riveros:
“En un lugar donde se realice una experiencia pedagógica, se generan relaciones de pertenencia, de poder, de saber y acciones de territorialidad. El impacto que puede producir la experiencia en una comunidad, lo que puede alcanzar, lo que puede aportar, las dinámicas que genera, las posibilidades de pensamiento que produce, hacen que estos sujetos involucrados se relacionen de manera diferente con ese territorio, que la mirada sobre él sea distinta y, así mismo, produzcan otras cosas que no estaban pensadas dentro de ese espacio. Los sujetos se empiezan a identificar con ese territorio y éste no vuelve a ser el mismo” (Riveros: 2006:43).
La narración de hitos formativos en la propia experiencia como docente desencadena la posibilidad de reflexión, pues son estos acontecimientos los que dan cuenta como espacio de saber de sí los escenarios donde la libertad es posible, una libertad generativa que como testimonio de-muestra al otro en la relación pedagógica que tanto pueden los cuerpos, hasta qué punto se está dispuesto a atravesar las estructuras, a dotarlas de sentido. El paso a la escritura de dichos acontecimientos como metodología permite a los participantes de un proceso explorar autobiográficamente los pulsos de su formación y de su camino como enseñados y enseñantes, veamos algunos testimonios en éste proceso con instructores y docentes de las Escuelas del Guaviare:

“Mi padre desde hace unos 28 años vive en el Guaviare y desde niña, la selva y la naturaleza me enamoraron, ya que mi padre me llevaba a caminar por la selva, luego de varios años de ausencia volví ya con una familia conformada y me di cuenta de la carencia de espacio para que mis hijos lograran desarrollarse como seres integrales, en mi adolescencia crecí con mi hermana en Bogotá y con ella aprendí el valor de escuchar, de expresarme, me dio la posibilidad de experimentar y que por mi misma se generara la inquietud de investigar”. Juan Fernando Rodríguez.

“En mi casa me enseñaron mucha disciplina y orden y a cumplir las reglas de la casas, también a respetar y valorar lo poco que teníamos y a sentirme orgulloso de tener una familia. En el colegio aprendí a comprometerme con las actividades en las cuales ya decidiera, a responder sobre unas actividades que e tenían para el manejo del conocimiento. En la universidad aprendí a analizar y utilizar mis conocimientos para beneficio propio”. José Fabio Henao.
“Me enseñaron a escuchar, a respirar, a leer, a respetar a los demás y todos los conocimientos necesarios para avanzar en primaria, bachillerato y universidad. En el campo artístico me enseñaron a reconocer mi cuerpo, a escuchar la música, a sentir por medio de la danza; la metodología, los conceptos y argumentos de la danza colombiana. Recuerdo a mi primer profesor “Pacho Ariza”, quien me encamino hacia lo importante de sentir la música y hablar con mi cuerpo. Me enseñaron técnica de baile internacional (tango), recuerdo también cuando escuche este ritmo por primera vez, me pareció muy interesante y me impresione mucho cuando lo vi bailar con tanta pasión”. Jairo Durán Martínez.

Desde la llegada de mis padre a este territorio han ido pasando sucesos que permitieron comprender el porqué llegamos hasta un lugar nuevo donde todo era completamente distinto, se cambiaron los automóviles por lanchas y canoas y se tenía que luchar diariamente para sacar una familia adelante. Me enseñaron que vivir en un territorio lleno de violencia podría ser contraproducente, pero que en la vida no se vive donde se quiere, sino donde toca. Que la vida se va construyendo de acuerdo a unas necesidades y proyectos de vida que buscan generar espacios de interacción con otros individuos. Wilson Meneses.

“Cuando yo estaba en noveno, el profesor Carlos Guerrero le había asignado a todo el salón un trabajo final y prácticamente con este trabajo ya pasábamos el área, el que no lo llevara tenía que hacer una recuperación, yo me había trasnochado con mis compañeros, pero ellos en un momento en el que me dormí, me agarraron unos dibujos que eran parte de mi trabajo y así como me quedo el trabajo yo creía que me quedaba recuperando, el profesor reviso mi trabajo y me dijo que él confiaba en mi y que sabía que yo era responsable, yo no tenía como demostrarle que era cierto lo que le decía, yo me dije “me quede recuperando”, él me coloco la nota y pase”. Pude lograr realizar mis estudios, privilegio que no tuvieron mis hermanos porque no tomaron la iniciativa de luchar para poder tener una profesión que los identifique dentro de la sociedad, aunque sé que todavía me falta capacitarme más, a veces siento que sé muy poco para lo que debería saber y en mi campo artístico no tengo mucha experiencia: soy docente de aula, desde allí empecé por montar bailes, luego en el colegio como yo tenía estudios en educación física, lideraba el proyecto de tiempo libre, desde ese momento fui buscando espacios para la danza que cada día me gusta más, quisiera poder bailar todos los días. Martha Cuellar.

El currículo: Más allá de la formalización de la enseñanza.
En Colombia, gran parte de los procesos de educación y de enseñanza de las artes circulan en repertorios de prácticas que desde la informalidad complementan o son en concreto el conjunto de actividades que en diversas instituciones o grupos culturales fomentan actividades que incluyen a niños y jóvenes en perspectivas estéticas desde la práctica de alguna disciplina artística.
Las formas de asociación que persiguen dichos fines buscan entre otros beneficios, permanencia, reconocimiento y visibilidad. De tal modo que el currículo y su planeación se transforma en una necesidad y algunas veces en un requisito indispensable. Aquí es donde aparece como en otros procesos educativos en el país, el vórtice de la problemática: Asumir la planeación de un proceso curricular puede entenderse como una necesidad (Es decir, como una forma de resolver problemas previamente identificados y de implementar estrategias para su manejo) ó por el contrario como requisito burocrático (Precisamente, cuando el currículo se entiende exclusivamente en sus dimensiones elementales; planes, objetivos, contenidos y evaluación).
El currículo como proceso es en definitiva, una herramienta para formalizar los procesos educativos que diversas organizaciones y grupos sociales llevan a cabo. Pero esta formalización no debe entenderse como el cumplimiento de factores que regulan el funcionamiento y control burocrático (Como viene pasando el cumplimiento de ciertos factores de regularización simplemente se asumen como “tareas” que es necesario mostrar sin que necesariamente éstas sean producto de un proceso reflexivo en educación. Un ejemplo concreto de dichas interpretaciones de la regulación y la norma fue la implementación de los PEI en las instituciones), sino como un deseo de dichas comunidades por sistematizar sus experiencias dando cuenta del sentido concreto de sus acciones a nivel local y reconociendo los contextos donde dichas prácticas han develado sus procesos históricos y de configuración de memoria e identidad como colectivo.
De tal forma, esta diferenciación es determinante pues se juegan dos abordajes del problema curricular y el objeto o propósito de una transformación de lo informal a lo formal en educación. Ahora bien, dicha transformación determinaría preguntas que curricularmente se convierten en lineamientos de sentido:

¿Para quién (es) es el currículo? ¿Por qué el currículo? Para qué el currículo? Y desde allí: ¿Cuál es la apuesta política que el grupo persigue al definir una estructura curricular? ¿De qué modo dicha estructura es funcional y responde a las necesidades de la comunidad? ¿Qué recursos metodológicos y teóricos apoyan el desarrollo concreto de los elementos de dicho currículo? ¿Cómo evaluarlo y fortalecerlo en el tiempo? ¿Cómo articular investigación, actualización e innovación en su estructura?

Estos mínimos reflexivos son los principios que aseguran que el currículo no sea entendido como requisito y sea verdaderamente un elemento legitimador de una estructura educativa. Con lo que se evidencia que el problema de lo “formal” no se circunscribe ni se agota en el cumplimiento de la norma sino que la norma da cuenta de un acuerdo de intereses. Lo formal es la explicitación del deseo, es la concreción de un acto legítimamente político, en tanto lo político es acción de una comunidad que persigue la realización de un proyecto unitario.

El currículo como herramienta política de Resistencia.
¿A qué resistir?. Desde una perspectiva físicalista, la resistencia es el resultado de la aplicación de una fuerza que disminuye el movimiento deseado. Diversas perspectivas críticas en educación han venido documentando la inconveniencia de los modelos educativos que persiguen intereses exclusivamente economicistas y hegemónicos. Afirma por ejemplo Giroux (1990:171):

“La amenaza está representada por una serie de reformas educativas que muestran escasa confianza en la habilidad de los profesores de la escuela pública para ejercer un liderazgo intelectual y moral a favor de la juventud de nuestra nación, por ignorar el papel que desempeñan los profesores en la formación de los estudiantes como ciudadanos críticos y activos, o bien sugieren reformas que no tienen en cuenta la inteligencia, el punto de vista y la experiencia que puedan aportar los profesores al debate en cuestión. Allí donde los profesores entran de hecho en el debate, son objeto de reformas educativas que los reducen a la categoría de técnicos superiores encargados de llevar a cabo dictámenes y objetivos decididos por expertos totalmente ajenos a las realidades cotidianas de la vida del aula”.

Por defecto entonces hablamos de una resistencia posible, de estrategias alternativas para imaginar -otros mundos- y -otros habitantes-, otros profesores. Esta función del currículo es definitivamente política en tanto advierte un horizonte posible: Existen unas formas de educarnos que promueven la formación de las personas. En otras palabras, es posible educar para promover la potencia de la humanidad y no para la reducción de la capacidad de los individuos a la mera instrumentalización del trabajo y del deseo capturado en consumo. Al decir de Giroux:

“Hacer lo político más pedagógico significa servirse de formas de pedagogía que encarnen intereses políticos de naturaleza liberadora; es decir, servirse de formas de pedagogía que traten a los estudiantes como sujetos críticos, hacer problemático el conocimiento, recurrir al diálogo crítico y afirmativo, y apoyar la lucha por un mundo cualitativamente mejor para todas las personas. En parte, esto sugiere que los intelectuales transformativos toman enserio la necesidad de conceder a los estudiantes voz y voto en sus experiencias de aprendizaje. Ello implica, además, que hay que desarrollar un lenguaje propio atento a los problemas experimentados en el nivel de la vida diaria, particularmente en la medida en que están relacionados con las experiencias conectadas con la práctica del aula. Como tal, el punto de partida pedagógico para este tipo de intelectuales no es el estudiante aislado, sino los individuos y grupos en sus múltiples contextos culturales, de clase social, radicales, históricos y sexuales, juntamente con la particularidad de sus diversos problemas, esperanzas y sueños” (ibid).

Obviamente, dicha perspectiva curricular puede leerse de diversas formas, hoy por hoy, esta visión podría calificarse de “terrorista” y/o “subversiva” siendo el segundo adjetivo incluso sugestivo en tanto versión alterna de un proceso. La viabilidad de currículos alternos no abogan por la desestabilización de una forma de gobierno (si esto sucediera sería como producto de un proceso generalizado de formación de ciudadanos que políticamente deciden su presente y su futuro y no de una ingenuidad revolucionaria), sino que son viables en tanto se gestan como procesos de reconocimiento, crítica y adaptación de las políticas públicas en educación. Es decir, las propuestas curriculares alternas son o deben ser el resultado efectivo de la organización de los agentes que en la comunidad representan la manifestación de los intereses de la mayoría. Lo opuesto, lo tradicional es explicado por Giroux:

“Lo que es evidente en este enfoque es que organiza la vida escolar en torno a expertos en currículos, en instrucción y en evaluación, a los cuales se asigna de hecho la tarea de pensar, mientras que los profesores se ven reducidos a la categoría de simples ejecutores de esos pensamientos. El efecto es que no sólo se descalifica a los profesores y se les aparta de los procesos de deliberación y reflexión, sino que, además, la naturaleza del aprendizaje y la pedagogía del aula se convierten en procesos rutinarios. No será necesario decir que los principios subyacentes a las pedagogías gestionarías están en desacuerdo con la premisa de que los profesores deberían participar activamente en la puesta a punto de los materiales curriculares adecuado para los contextos culturales y sociales en los que enseñan. Más concretamente, la reducción de las opciones curriculares a un formato inspirado en la “vuelta a lo básico” y a la introducción de pedagogías basadas en obstáculos y deberes actúan a partir del postulado teórico erróneo de que todos los estudiantes pueden aprender utilizando los mismos materiales, las mismas técnicas de impartir instrucción en el aula y las mimas modalidades de evaluación” (Ibid).

Entonces, El currículo debe cobrar vida, estar vivo, cuando asume dicha función política práctica. Se cree en él, se vivencian sus valores, sus apuestas, se interioriza por parte de quienes lo entienden como herramienta de planeación y evaluación, de prospectiva y expectativa. Un currículo asumido así, es en definitiva, un currículo de resistencia. Un currículo inteligente y mayormente comprensivo de la realidad que le da vida.

Un currículo de resistencia es formativo no educativo.
Un proceso educativo (formal o informal) es siempre intensionado. Busca o persigue un fin y está orientado a modular desde el exterior del sujeto educado las pautas de comportamiento que moralmente define un grupo. La formación por el contrario, designa una actividad que el sujeto persigue por sus propios medios y que le permite decidir sobre las formas y alternativas teóricas o metodológicas que alimentan ese deseo concreto de formación. En palabras más sencillas, un sujeto que se educa espera que le asignen los contenidos, las herramientas, los temas y los problemas…, un sujeto que se forma define bajo un sentimiento y acción concreta (deliberación reflexiva) los contenidos, las herramientas, los temas y los problemas…
De tal forma, un currículo puede ser funcional a un statu quo cuando se ubica exclusivamente en la esfera de la educación, se deja habitar por sujetos que están siempre a la espera de lo que la estructura defina a bien para ellos. Por el contrario, un currículo de resistencia puede favorecer la circulación de otros saberes y prácticas que desborden los límites de la regulación de la estructura. Un currículo de esta naturaleza se inicia desde abajo, es producto, es obra de protagonistas activos, de agentes concretos de la sociedad. Un punto de análisis (deliberación reflexiva) para el desarrollo de estos currículos pueden ser los sietes aspectos que Vasco (2006) considera de importancia para el diseño de la educación en el presente decenio:

- Ambientar la educación en la cultura política y económica colombiana como la inversión pública más rentable.
- Articular la cobertura con la calidad
- Pasar de la enseñanza y la evaluación por logros y objetivos específicos a la enseñanza y a la evaluación por competencias
- Articular la excelencia con la equidad
- Conciliar el pluralismo y el amoralismo posmoderno con la enseñanza de la convivencia, la ética, la moral, la democracia y la ciudadanía, y con la enseñanza de la religión.
- Conciliar la necesidad de altos niveles de educación en las matemáticas, las ciencias naturales y las tecnologías con la creciente apatía de los y las jóvenes respecto a estas áreas
- Pensar la transición de la educación secundaria y media con la superior y con el trabajo y el empleo.

Lamentablemente, a dos años de la publicación de ésta conferencia dichas temáticas aún no son parte de la agenda de las “jornadas académicas” de las instituciones educativas.

Diez principios básicos a tener en cuenta para generar currículos de resistencia.
Sin ánimo de considerar como exclusivas o definitivas nuestras reflexiones a partir de un proceso investigativo y de intervención en una comunidad académica concreta, se proponen aquí estos referentes con el ánimo de hacer atención de ellos como elementos básicos o mínimos a la hora de diseñar un currículo:
El currículo es una forma de vida pedagógica.
Define el sentido institucional (Qué, para qué, para quienes, cómo)
Debe apuntar a una noción de formación.
Es producto de los intelectuales de la educación: Los profesores.
Se constituye como un plan de trabajo que se evalúa de forma permanente.
Como forma de vida, se adapta a condiciones, no es rígido.
No es neutral, persigue una finalidad política (perfil de formación, sueño de sociedad posible).
Se relaciona con los PEI y otros documentos de direccionamiento estratégico.
Los contenidos, evaluación, metodologías y propósitos son temas de investigación, innovación y actualización.
Es posible y realizable en atención a las condiciones contextuales.

Del compromiso de cada grupo de base involucrado en el proceso, dependerá que estas diez pistas o referentes se actualicen, se complementen o se aumenten.


Algunas pautas metodológicas a tener en cuenta para generar currículos de resistencia.
En concreto, una comunidad de base (equipo de instructores, una comunidad académica de profesores, un equipo institucional etc.) que desee encontrar en el currículo algo más que una excusa para “organizar” contenidos y tiempos de ejecución de los mismos, puede considerar las siguientes fases de trabajo como una alternativa para consolidar propuestas curriculares centradas en la formación e imaginadas entre todos como apuestas que junto al acompañamiento de pares externos (Comunidades universitarias, otras instituciones del ámbito, ONG´s, etc.) Y, en atención a los contextos locales y bajo la articulación crítica de las políticas regionales y estatales:

Elaboren un Diagnóstico de las prácticas educativas desarrolladas hasta el momento, reconozcan, valoren y validen históricamente los procesos, los protagonistas, los actores.
Construyan a partir de los resultados del diagnóstico (Qué tenemos, con qué contamos, fortalezas y oportunidades de cambio entre otros) un eje de sentido a partir de la definición de una Misión y una visión que sea el eje y motor de las acciones curriculares.

Estudien críticamente los vínculos y distancias que deben articularse a las políticas locales, regionales y nacionales de educación cuando sea el caso, en otras palabras, contemplar y deliberar sobre las posibles conexiones del currículo imaginado y los Proyectos Educativos Institucionales (PEI), los lineamientos educativos del área en cuestión, la normatividad vigente, la Ley General de Educación etc. Atendiendo a diferentes ejes problémicos: La evaluación, los contenidos, el perfil de egresado, las necesidades contextuales, entre otros.

Desarrollen desde procesos de intervención de carácter investigativo y formativo procesos de diseño curricular que a partir de pretextos teóricos den pistas y referencias de carácter conceptual que garanticen que dichas apuestas están rigurosamente sustentadas y que no son fruto de la inmediatez sino de un proceso académico originado “desde abajo” desde quienes son agentes y protagonistas del acto educativo.

Articulen desde esta misma perspectiva los elementos reflexionados del currículo, los propósitos, los contenidos, las metodologías, las formas de evaluación y seguimiento etc.
Involucren estrategias de actualización e innovación que alimenten de forma transversal los procesos y las estrategias definidas.

Establezcan mecanismos de promoción y divulgación de los avances alcanzados dentro de la comunidad académica (Participación en eventos académicos, publicaciones etc.) y aseguren la producción y comunicación del conocimiento académico en educación que resulta de su ejecución.

Definan estratégicamente puntos de valoración general a corto, mediano y largo plazo del currículo de tal suerte que este puede verse transformado según los requerimientos y las demandas de las transformaciones a nivel micro y macroestructural. Esto es definitivo para la continuidad de los procesos y el espíritu que alberga la construcción y diseño de cuerpos curriculares que se sostengan en el tiempo como experiencias significativas en educación.

A manera de epílogo de cierre pero no de final, Iser nos advierte sobre la condición de ser lectores de nuestra propia experiencia, de nuestra propia formación y del impacto de esta lectura como acontecimiento, para poder desde allí definir procesos con significado (como puede ser la elaboración de un currículo) que desborden la institucional y se instalen en la condición misma de la existencia:

“un acontecimiento se determina en cuanto tal por su apertura, lo que obliga al lector a un proceso continuo de formación de consistencias, puesto que sólo de esta manera es comprensible lo ajeno y accesibles las situaciones. Esta formación de consistencias discurre como un proceso en el que tienen lugar ininterrumpidas decisiones selectivas, que, por su parte, constituyen las posibilidades, hasta entonces cerradas, de tal modo que funcionan como obstáculos para la consistencia conseguida en cada caso. Y aquí surge la implicación del lector en las configuraciones producidas por el mismo. Esta implicación significa que tenemos que actualizar el texto, con lo que las orientaciones que actúen durante la lectura se van trasladando al pasado. La lectura nos muestra la estructura misma de la experiencia, pues con ella se produce la suspensión de valorizaciones e intuiciones hasta entonces dominantes como condición de experiencia del mundo inquietante de los textos. En tal caso algo acontece en nosotros”.

Literatura citada:
CASTRO GÓMEZ, S. (2007) Michel Foucault y la colonialidad del poder. En Tabula Rasa. Número 6:153-172. Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. Bogotá.
GIROUX, H. (1990) Los profesores como intelectuales, Paidos: Barcelona. Pp. 171-178.
ISER, W. (1989) El proceso de lectura. En: Estética de la recepción. Rainer Warning (ed). Balsa de Medusa. Madrid 1989.
MARTINEZ BOOM, A. (2006) Presentación. Los bordes de la pedagogía: del modelo a la ruptura. upn bogotá p. 9-31.
REMOLINA VARGAS, G; BAENA BUSTAMANTE, G; GAITÁN RIVEROS, C. (2001) Tres palabras sobre formación. Formas en Educación. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. 42 p.
RIVEROS, O. (2006) ¿Cómo se deja de ser proyecto? Reflexión acerca de los trayectos de una investigación. En los bordes de la pedagogía: del modelo a la ruptura. upn bogotá 35-59
VASCO, C, E. (2006) Siete Retos de la Educación Colombiana para el Período de 2006 a 2019. Conferencia pronunciada en la Universidad EAFIT el 10 de marzo de 2006 por Carlos E. Vasco U.; Disponible en: http://www.eduteka.org/pdfdir/RetosEducativos.pdf

lunes, septiembre 14, 2009

PRESENTACIÓN TALLER DE SISTEMATIZACIÓN

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